Al igual que un gran paisaje pintado en Acuarela, en el que los numerosos detalles hablan con voz propia para así darle a la pintura la armonia que necesita , este blog entrelaza pensamientos, imágenes y poemas como uno de los tantos elementos que convergen alborotados para dar forma a una historia; la historia de M. y F.

jueves, 13 de enero de 2011

Capítulo1.- Gris: la vida de M.


Fue un día lunes, en pleno invierno.


M. lo recordaba bien, pues aquella jornada se reiteraba en su mente como un melancólico esbozo grisáceo que sólo podía ser mezcla de un lunes negro y un blanco julio. Para M. era costumbre secreta asignarle colores a los días, meses o ideas. Esta extraña afición le restaba a cada una de sus mañanas significativos minutos en que se la pasaba mirando al techo, mientras generaba imaginariamente la mezcla con la que pintaría el día , predisponiendo así su ánimo de acuerdo al espíritu del color resultante. Un lunes gris parecía no ser un buen augurio, menos si se trataba del primero del mes, es por eso que decidió quedarse en cama , cerrar los ojos y dormir unos minutos más; minutos más , que siendo sesenta fueron intercambiados por el reloj en una hora ; y por su cabeza , en un atraso monumental que podría traerle como consecuencia el impedimento de rendir la prueba para la cual se había preparado la noche anterior . Se levantó rápido y con miedo , se vistió y buscó la chaqueta con la cual creía poder hacer frente a la helada : un Montgomery comprado en la ropa usada y al cual había puesto una chapita de los Beatles y otra de los Kinks con las cuales pretendía darse artificialmente la apariencia británica que, por haber nacido de este lado del mundo , claramente no poseía. Intentó comer un pan que posteriormente vomitó mientras se lavaba los dientes, se miró al espejo, arregló su pelo y salió corriendo para no tener que saludar al frío. Mientras a grandes zancadas esquivaba los obstáculos que producto de la niebla poco y nada distinguía en el piso , pensaba en lo cierto que podía resultar su pronóstico y en lo torpe que había sido en remover aquella valentía olvidada y dar cara a su suerte, pues un certificado falso siempre podía ser la solución . El camino al paradero era largo, pero más largo era irse en metro, así que optó por la micro y con ello caminar naturalmente y sin presiones por la delgada línea que une y separa al determinismo con el destino.

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